Una de las labores más interesante de la traducción de subtítulos es el subtitulado para sordos. En estos proyectos, los profesionales del sector, y por supuesto los de nuestro equipo, tienen que enfrentarse a unas circunstancias diferentes a lo habitual.
Las personas sordas no pueden escuchar absolutamente nada del contenido audiovisual que consumen, o al menos no con la claridad suficiente. En base a esto, la labor del subtitulado se vuelve un poco más compleja. Ya no solo hay que trasladar a texto lo que dicen las voces.
En estos trabajos, las técnicas de subtitulación tienen que añadir a sus requisitos y exigencias las necesidades de este público. Algo que implica añadir aclaraciones sobre entonación de los actores presentes o de las voces en general, así como añadidos que señalen ruidos o hasta música de fondo.
Todo eso ayuda al público sordo o con discapacidad auditiva a entender correctamente el contenido que está consumiendo. Aquí ya no es una cuestión de barrera idiomática, es una cuestión de entendimiento general.
LinguaVox es una empresa de traducción y creación de subtítulos
De hecho, hay una normativa establecida para ello. La norma UNE 153010 determina cómo debe ser la traducción y la elaboración de subtítulos para personas sordas o personas con discapacidad auditiva. Algo que repasa desde los formatos de subtítulos hasta los pasos y los estándares de calidad.
Qué debemos tener en cuenta en los subtítulos para sordos
Trabajar subtítulos para sordos es más exigente, ya lo hemos mencionado, pero, ¿hasta qué punto?
El público objetivo es diferente a lo que se acostumbra en el sector, por eso, tanto si es para elaborarlos como para traducirlos, los subtítulos deben tener un enfoque distinto. Es algo que se ve en todo el sector audiovisual, incluso a la hora de traducir vídeos de Youtube.
Para empezar, todos los diálogos de las personas que intervienen en el contenido deben estar subtitulados indicando quién habla. Asimismo, cada uno debe tener una línea diferente y, a ser posible, otro color para distinguir mejor. Esto es algo en lo que también insiste la UNE 153010 en la que profundizaremos más adelante.
Además de eso, hay que añadir lo que se conoce como información suprasegmental. Aquí es donde se añaden detalles como el tono de voz, el acento de cada voz, los posibles idiomas extranjeros y hasta el énfasis que se da a las palabras. Detalles que una persona sorda no puede detectar si no lo lee.
Los ruidos ambientales, la música que suene y los efectos sonoros también forman parte de estos subtítulos. Del mismo modo, cualquier elemento discursivo que forme parte del contenido audiovisual debe pasar por estas líneas de subtitulado.
Esto indica que cualquier cosa que aparezca por pantalla en otro idioma, véase una carta, una pantalla de un móvil o un cartel, debe aparecer con su correspondiente subtítulo traducido.
Son los requisitos adicionales que hay que tener en cuenta al embarcarse en este tipo de proyectos. Ahora bien, también hay que sumar lo que dicta la normativa española UNE 153010 de 2012. Cosa que vamos a ver a continuación.
¿Qué dice la norma UNE 153010 de la subtitulación para sordos?
Para empezar, la normativa recalca que los subtítulos deben colocarse en su zona habitual, esto es, en la parte inferior y central de la pantalla. Ahora bien, no todos deben ir siempre ahí.
Los subtítulos de efectos sonoros deben colocarse en la zona superior derecha siempre y cuando sea posible. Un aplauso, una risa, un chirrido… Esas anotaciones se separan del cuerpo principal y deben tener en cuenta también las limitaciones de tamaño y tiempo que se suelan establecer.
El límite de caracteres por línea es de 37, deben ser distintas para cada personaje y el tamaño mínimo de los caracteres debe hacerlos legibles a una distancia de 2,5 metros para una persona normal.
A eso hay que sumar las cuestiones de sincronización y tiempos habituales. En este sentido, lo más característico de la normativa es el añadido de los subtítulos para sonidos o para indicaciones sobre melodías y entonaciones.
Por lo demás, no es nada a lo que no se suelan enfrentar los profesionales, tanto los traductores de subtítulos de vídeo online como los más tradicionales. No obstante, sí que es cierto que se trata de una tarea que impide por completo recurrir a cualquier herramienta de traducción automática de subtítulos. Sus condiciones son más exigentes de lo habitual.